La Lengua de Señas Mexicana (o LSM) conmemora cada 10 de junio de manera nacional su reconocimiento ante la ley como una de las lenguas nacionales que forman parte del patrimonio lingüístico con que cuenta la nación mexicana.
Un
informe de la OMS de este año declaró que “más del 5% de la población mundial
(430 millones de personas) padece una pérdida de audición discapacitante y
requiere rehabilitación (entre ellos 34 millones de niños)”. Para el año 2021,
en México había 2.3 millones de personas con discapacidad auditiva, de entre
las cuales el 34.4% tenían edad entre los 30 y los 59 años, y 47.4% eran
mayores de 60 años.
Las
lenguas de señas permiten la libertad de expresión y el intercambio de ideas, fomentan
el aprendizaje, la enseñanza, el trabajo y la participación en la vida pública
y privada. Además, es un derecho cultural de las personas sordas y constituye
un factor esencial para preservar y promover su sentido de identidad.
Lamentablemente, en muchos lugares es común que se trate injustamente a los sordos,
tanto en la sociedad como dentro la propia familia. A falta de intérpretes, con
frecuencia enfrentan agresiones físicas, dificultades en el ámbito de la
educación y la salud o despidos injustificados sin que puedan comunicarse y
evitarlo.
En
relación con esto, Jesé Hernández, portavoz de los testigos de Jehová, afirmó:
“Los testigos se preocupan por personas de todas las culturas, orígenes e
idiomas, lo que incluye a las personas con discapacidades auditivas. Consideran
muy importante la atención a las necesidades especiales de los sordos”. En el
mundo existen solo cuatro Biblias completas traducidas en lenguas de señas, una
de ellas es la “Traducción del Nuevo Mundo” completa en lengua de señas mexicana,
presentada por los testigos el 1 de enero de 2023.
En
la actualidad, hay unos 7.988 testigos voluntarios en México que enseñan a los
sordos en LSM. Además, se producen videos, películas y publicaciones traducidos
en este lenguaje, las cuales distribuyen gratuitamente a través de la
aplicación JW Library Sign Language y su sitio de internet jw.org, con
contenido en más de 1000 idiomas, entre ellos más de 100 lenguas de señas que
ayudan a las personas sordas a sacar el máximo provecho de los prácticos
consejos que da la Biblia en su propia lengua.
Gabriela,
residente de la ciudad de Chihuahua y madre de dos jóvenes con discapacidad
auditiva (Osmar y Karen), cuenta cómo la labor que los testigos de Jehová hacen
con respecto a la LSM ha ayudado a su familia. Relata que cuando sus hijos eran
pequeños se enfrentaban a grandes desafíos tanto en la escuela como en casa. El
no poder comunicarse con su familia, maestros y compañeros, ni entender el
lenguaje hablado o escrito, los hacía sentirse marginados. Pero gracias a la
ayuda de los testigos de Jehová, Gabriela y sus hijos aprendieron LSM. Ella
explica: “La LSM es un hermoso idioma que nos da la oportunidad a mí y a mis
hijos de comunicarnos y expresar todos nuestros pensamientos y emociones.
Gracias a esto, mis hijos no se han convertido en personas frustradas,
incomprendidas o deprimidas”. En la actualidad, Osmar y Karen son jóvenes
felices e independientes que disfrutan la labor de enseñar en su idioma y
compartir con otros sordos la esperanza de un futuro sin discapacidades que
ellos mismos han albergado.
“En
una sociedad en la que con frecuencia se pasan por alto los derechos de las
personas sordas es de vital importancia acoger a esta parte de la sociedad por
más mínima que sea y contribuir a una forma de vida y convivencia más fácil y
satisfactoria”, aseveró Jesé Hernández.
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