Para Marco Antonio Torres Osollo, conocido también en el arte urbano como Wodck, hay dos mundos en este tipo de arte: uno, el graffiti ilegal; y el otro, el desarrollo del arte en toda su expresión; si bien, no coincide con la ilegalidad, entiende que incluso él, y muchos iniciaron en este mundo por esa vía.
“Hoy en día pues sí tengo dos conceptos tanto como buenos, tanto como malos, por qué, porque realmente si yo veo una barda bonita, pintada, pues yo hoy pienso que el dueño de esa pared, hizo un gasto, entonces llega el vandalismo, lo que es el grafiti ilegal pues a pintar porque ya vieron un spot bueno, y que está en una buena vialidad, en ese aspecto pues sí lo veo mal, y al final de todo, el nombre lo dice ilegal, es ilegal, lo que en su momento yo también hice cuando ni sabía ni que era, lo que era un trazo, ni de un relleno, una difuminación, en ese aspecto, por el grafiti ilegal, si lo veo mal; que hay unos graffitis ilegales que están muy padres y ya hay unos chavos que se dedican a eso, no les gusta lo legal.
“Cuando yo me meto al mundo con oportunidades en escuelas, oportunidades en estados que yo he salido, y es allá donde yo digo bueno, pues si voy a hacer algo, pues lo voy a hacer bien, y yo sé que si yo, lo hago bien, la gente me va a seguir buscando”.
Su historia comenzó en el municipio de Metepec, específicamente en San José la Pila, la cual considera la cuna del graffiti en Toluca, ya que desde su infancia ha tenido el gusto por dibujar y los trazos comenzaron a llamarle la atención, por lo que comienza a familiarizarse también con la cultura de anime, con personajes conocidos como Goku o Mazinger Z, y al tener contacto con personas que hacían estos trazos, comienza a comprar las famosas latas para realizar sus trazos en la pared.
“Me voy metiendo más a este mundo el graffiti hasta que con la misma constancia, es que uno tiene pues ya voy viendo que ya mis prácticas yo ya las voy dominando, llevó activo en este ambiente, llevo 7 años”.
Sin embargo Marco Antonio no se conformó con dejar sus creaciones en las calles, ya que llegó un momento en el que comenzaba a proyectar sus creaciones pero necesitaba espacios amplios, por lo que comenzó a tocar puertas en escuelas de la ciudad.
“Vi a un conserje afuera de la escuela y le digo, oye me gustaría pintar tu escuela, dice, ¿en serio?; me pasa directamente con la directora y ahí como que se da todo, como que el principio de todo esto, me pasa con la directora, me dice: ¡Ahí está la barda, prefiero mil veces que esté un dibujo bien hecho, a que la vandalicen! Perfecto. Entonces de ahí de los conocidos que yo tenía que andamos en este mismo ambiente, pues los empecé a invitar, oye pues yo los invito para que vayan a pintar, okay, quedamos como 15 personas”.
Así, después de tener un mural en una escuela, comienzan a contactarlo de otros Institutos Educativos, sin embargo, la parte económica que es la que le reditúa a él como profesión laboral, y con la que obtiene ingresos económicos, fue a través de pintar algunas cajas de tráileres por encargo, gracias al trabajo que ya había demostrado y que se viralizó a través de sus redes sociales.
Aunado a ello decidió hacer unas tarjetas de presentación, renunciar a su trabajo formal, y entrar de lleno al mundo del arte urbano, dando exposiciones, talleres, participando en concursos como el que recién ganó en el municipio de Santa María Rayón, y la presentación que tendrá este fin de semana en La Pila, en el municipio de Metepec.
Finalmente dejó un mensaje a los jóvenes que quieran entrar al mundo del arte urbano, primero que sean conscientes de lo que quieran crear, ya que tan solo al comprar una lata, hacen un gasto, por lo que si van a hacer algo, que lo hagan bien, ya que las personas que vean su trabajo, con seguridad les llamarán, pero todo es con tiempo y dedicación.
_________________________
Arte urbano de Marco Antonio Torres (Fotos: especiales MAT).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario