Un candidato en cada
hijo te dio
*Gonzalo Gabriel Estrada Cervantes
No cabe duda que el sistema político mexicano ha venido
evolucionando en las últimas décadas en materia electoral. En lo general con
las instituciones más fortalecidas en organización de las elecciones y en la
salvaguarda de derechos políticos de los ciudadanos.
Es necesario afinar, sin embargo, la manera de cómo surgen los precandidatos y candidatos de los partidos; es decir, las encuestas y las elecciones primarias internas en cada partido político, que éstas últimas debieran de prevalecer.
También poner especial cuidado en las personas que deseen inscribirse como precandidatos, no basta ser mexicano, mayor de edad y saber leer y escribir. Tendría que haber otros requisitos mínimos de honorabilidad y preparación. Si bien, ahora podríamos alterar la frase de nuestro glorioso himno nacional que dice: Un soldado en cada hijo te dio, por, un candidato en cada hijo te dio. Está claro que candidatos deficientes tienen gobiernos deficientes.
Existe además un uso y abuso de lo expuesto y comunicado en redes sociales. Y en los escenarios que hemos denominado “debates”. Ahora se debate para cualesquier cargo de elección popular, disparándose miles de palabras y , en no pocos casos , disparates que llevan a los cándidos, del debate a la debacle.
Si bien, se hace camino al andar, dice el Quijote, cada candidato debería obligarse a tener datos socioeconómicos, demográficos y territoriales mínimos, y algo de cultura general de su jurisdicción a gobernar o representar para partir de un piso sólido, generar una discusión que atraiga al, a veces, desencantado, electorado.
Si todos somos candidatos a algo nomas nacer,
recuperemos las clases de civismo y oratoria desde el jardín de niños hasta la
educación superior. Así evitaremos escenas de pena ajena en los templetes y
tribunas arregladas para los “debates”. No todo ha sido “folklore” electoral,
de cuando no son pitos, son flautas. Ha habido también buen humor, mucho
involuntario y chispazos de creatividad e innovación de políticas públicas. En
algunos escenarios exceso de exposición dental, con sonrisa fingida, o ropajes
propios para otros menesteres y tablados.
Toca a los ciudadanos hacer la evaluación de lo que los
aspirantes a los cargos de elección popular han propuesto y expuesto, y a las
instituciones como el Instituto Nacional Electoral analizar todos los
ejercicios celebrados en los distintos Estados y Municipios y perfeccionar el
arte de los debates para que no nos lleven a las debacles y sean solo un
derroche de dinero que bien puede emplearse en los programas sociales del país.
Los partidos hacer lo propio con sus precandidatos y candidatos.
El dos de junio estamos emplazados todos a ejercer nuestro
derecho y obligación de votar por quienes consideremos los mejores hombres y
mujeres que habrán de representarnos en los poderes ejecutivo federal; legislativos
federales y locales y presidencias municipales y alcaldías del país, y desde
luego la jefatura de gobierno de la ciudad de México.
¡Votemos! ¡Y podemos irnos en paz, las elecciones han
terminado!
*El autor es licenciado en derecho; Maestro en desarrollo
rural, y en derecho ambiental y de la sostenibilidad. Diplomado en Unión
Europea.
@gogaes
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