También las mujeres pueden

*Gonzalo Gabriel Estrada Cervantes

Los famosos tigres del norte han escogido ese titulo de “También las mujeres pueden” para una canción cuyo tema se refiere al uso de las ramas y su participación en hechos delictivos. Como si se hubiere alcanzado una mayoría de edad para desarrollarse en esos ambientes hostiles.

Es tiempo de mujeres. En efecto, nunca como ahora su ascenso y acceso a los primeros planos del quehacer político; aunque siempre hayan sido pilares determinantes en hechos históricos de todo tipo. Siempre se les relegaba a las suplencias.

México no puede ser la excepción y, en contra de aquel dicho cotidiano, de que “nos gobernará una mujer solo si no queda ningún hombre”, los acontecimientos actuales lo desdicen.

En el ámbito político y administrativo se ha logrado la paridad de género y todos esos antecedentes y buen hacer han traído como consecuencia tener en muchos estados y municipios, ejidos y comunidades, inclusive, del país, mujeres al frente; el ejemplo más reciente corresponde a la Maestra Delfina Gómez Alvarez, en el grandioso Estado de México, y más aún, por primera vez, si no surge un fenómeno político atípico, la elección presidencial se disputará entre dos mujeres, Xochitl Gálvez y Claudia Shenbaum.

Y así es, también las mujeres pueden y lo hacen bien en sus encargos. Si bien Morena, dicho sea de paso, parte con una clara ventaja electoral por el liderazgo del presidente López Obrador, debe reafirmar su peso electoral en el 2024, puesto que, por ejemplo, en el Estado de México, la famosa joya de la corona electoral, ha sido ganada con poca participación del electorado y con una diferencia conservadora entre una y otra contrincante. 

El voto duro, el cautivo, el corporativo están dejando de ser un cheque al portador. Deben los partidos lograr encantar al electorado. Es el gran reto. La volatilidad del electorado es muy significativa, que, aun obteniendo logros jamás pensados, no siempre es fiel a quien impulsó esa transformación.

Bienvenido sea el título de “también las mujeres pueden” con la ciencia, la cultura y la conducción de los poderes del Estado. Y quizás más que ganar espacios, han recuperado lo que la cultura “machirula” les había regateado siempre.

• El autor es Licenciado en Derecho, Maestro en Derecho Ambiental y en Desarrollo rural. Diplomado en Unión Europea.